Aprendizaje Activo y Simuladores de Negocios: una combinación ganadora para la formación empresarial y académica


¿Qué es el aprendizaje activo o action learning?


El aprendizaje activo o action learning es un enfoque de enseñanza y aprendizaje que se centra en la participación activa de los alumnos en el proceso de construcción del conocimiento y la comprensión, mediante el desarrollo de actividades que les permitan aplicar lo que aprenden a situaciones reales o simuladas, y reflexionar sobre los resultados obtenidos.

Por contraposición, en el aprendizaje pasivo, los alumnos son meros receptores de la información que les transmite el profesor, sin tener la oportunidad de interactuar con el contenido, con los demás o con el contexto.

El aprendizaje activo se fundamenta en la teoría del constructivismo, que afirma que el conocimiento no es una entidad fija y objetiva que se transmite de un sujeto a otro, sino que es una construcción personal y social que se realiza a partir de las experiencias previas y de la interacción con el entorno. 

De acuerdo con la teoría constructivista, los alumnos son agentes activos de su propio aprendizaje, y deben conectar la información nueva con sus saberes previos, procesarla y comprenderla, para poder integrarla en sus esquemas mentales y utilizarla en diferentes contextos. 

Este proceso activo puede tener lugar a través de una gran variedad de actividades de aprendizaje:

Resolver problemas o casos reales o ficticios, que impliquen la aplicación de conceptos, principios, teorías o modelos a situaciones concretas, y que requieran el análisis, la síntesis, la evaluación y la toma de decisiones.

Realizar proyectos o investigaciones, que supongan la búsqueda, selección, organización y presentación de información relevante sobre un tema de interés, y que demanden el uso de diversas fuentes, técnicas y herramientas.

Participar en debates o discusiones, que fomenten el intercambio de ideas, opiniones, argumentos y evidencias sobre un asunto controvertido o polémico, y que estimulen el pensamiento crítico, la escucha activa, el respeto y la tolerancia.

Escribir textos o ensayos, que impliquen la expresión escrita de los conocimientos, las reflexiones, las conclusiones o las propuestas sobre un tema determinado, y que exijan el uso de un lenguaje adecuado, una estructura coherente y una bibliografía pertinente.

Realizar actividades de reflexión, que permitan al alumno tomar conciencia de su propio proceso de aprendizaje, de sus fortalezas y debilidades, de sus estrategias y recursos, de sus logros y dificultades, y de sus metas y planes de mejora.

Participar en simuladores de negocios que facilitan el aprendizaje por descubrimiento y por ensayo y error, y ayudan a desarrollar y fortalecer competencias y habilidades clave de gestión empresarial.

Estas actividades de aprendizaje activo pueden realizarse de forma individual o grupal, dependiendo de los objetivos, los contenidos, los recursos y el tiempo disponibles. 

No obstante, se recomienda que haya un equilibrio entre el trabajo autónomo y el trabajo colaborativo, ya que ambos aportan beneficios al aprendizaje. El trabajo individual favorece la autonomía, la responsabilidad, la concentración y la autoevaluación del alumno. El trabajo grupal promueve la cooperación, la comunicación, la creatividad y la coevaluación entre los alumnos.

El rol del profesor en el aprendizaje activo


El rol del profesor en el aprendizaje activo es el de un facilitador, un guía, un orientador, un mediador y un evaluador del aprendizaje de los alumnos. El profesor no es el único poseedor y transmisor del conocimiento, sino que es el encargado de diseñar, organizar, proponer, acompañar, motivar, retroalimentar y evaluar las actividades de aprendizaje activo que realizan los alumnos. 

El profesor debe tener en cuenta las características, los intereses, las necesidades y los estilos de aprendizaje de los alumnos, y adaptar las actividades a su nivel, ritmo y diversidad.

El profesor debe crear un clima de confianza, respeto, participación y colaboración en el aula, y fomentar la autonomía, la iniciativa, la curiosidad y la reflexión de los alumnos.

¿Qué son los simuladores de negocios?


Los simuladores de negocios son herramientas digitales que recrean una realidad empresarial específica, con características concretas, que permiten que los usuarios pongan en práctica sus conocimientos y tomen decisiones en un entorno seguro, interactivo y realista. 

Ofrecen modelos simplificados que imitan los procesos empresariales, y que hacen posible que los participantes experimenten con distintos escenarios estratégicos, y observen las consecuencias de sus acciones en los resultados de la empresa, en un entorno libre de riesgos.

De esta forma, los simuladores de negocios facilitan el aprendizaje por descubrimiento y por ensayo y error, y ayudan a desarrollar y fortalecer competencias y habilidades clave de gestión empresarial, como:

  • La planificación, la organización, la dirección y el control de los recursos y las actividades de la empresa.
  • El análisis, la síntesis, la evaluación y la toma de decisiones ante problemas complejos y cambiantes.
  • La comunicación, la negociación, la cooperación y el liderazgo en el trabajo en equipo.
  • La creatividad, la innovación, la adaptación y el aprendizaje continuo.
  • La responsabilidad, la ética, la sostenibilidad y la orientación al cliente.

Los simuladores de negocios se pueden implementar con grupos que compiten entre sí, lo que permite la interacción, la competencia, la colaboración y el feedback entre los participantes. También ofrecen versiones para un solo usuario, lo que favorece la autonomía, la autoevaluación y el autoaprendizaje del participante.

En ambos casos, el rol del facilitador es el de un guía, un orientador, un motivador y un evaluador del proceso y los resultados de aprendizaje de los usuarios .

¿Qué beneficios ofrece la combinación de aprendizaje activo y simuladores de negocios?


La combinación de aprendizaje activo y simuladores de negocios es una estrategia pedagógica que ofrece múltiples beneficios para la formación empresarial y académica, tanto para los usuarios como para los facilitadores:

  • Aumenta el interés, la motivación, la satisfacción y el compromiso de los usuarios con el aprendizaje, al ofrecerles una experiencia de aprendizaje dinámica, divertida, desafiante y significativa .
  • Mejora el rendimiento, la retención y la transferencia de los conocimientos, las competencias y las habilidades de los usuarios, al permitirles aprender haciendo, aprender de los errores, aprender de los demás y aprender de la realidad .
  • Desarrolla el pensamiento crítico, el razonamiento lógico, la creatividad, la innovación y la solución de problemas de los usuarios, al enfrentarles a situaciones complejas, inciertas y cambiantes, que requieren el análisis, la síntesis, la evaluación y la toma de decisiones .
  • Fomenta la comunicación, la colaboración, el liderazgo, la negociación y el trabajo en equipo de los usuarios, al propiciar el intercambio de información, opiniones, argumentos y evidencias, y la coordinación de acciones y recursos entre los participantes .
  • Facilita el diseño, la organización, la implementación, el seguimiento y la evaluación de las actividades de aprendizaje por parte de los facilitadores, al contar con una herramienta digital que ofrece una estructura, una metodología, unos contenidos, unos indicadores y unos reportes de aprendizaje .

Ejemplos y testimonios de la aplicación de aprendizaje activo y simuladores de negocios


En el ámbito de la formación empresarial, una empresa multinacional de telecomunicaciones utilizó un simulador de negocios para capacitar a sus directivos y gerentes en el desarrollo de competencias de gestión estratégica, financiera y comercial.

Los participantes formaron equipos que representaban a diferentes empresas competidoras en el mercado de las telecomunicaciones, y tuvieron que tomar decisiones sobre aspectos como la inversión en infraestructura, la oferta de servicios, el precio, la publicidad, etc.

El simulador les permitió ver el impacto de sus decisiones en los indicadores financieros, comerciales y de satisfacción de los clientes, y comparar sus resultados con los de los demás equipos. El facilitador les acompañó y les orientó durante el proceso, y les proporcionó feedback y recomendaciones para mejorar su desempeño. 

Uno de los participantes comentó: “El simulador de negocios fue una experiencia muy enriquecedora, que me permitió poner en práctica los conocimientos adquiridos y desarrollar habilidades de gestión empresarial. Me gustó mucho la dinámica de competencia y colaboración con los demás equipos, y el feedback del facilitador fue muy útil para aprender de los aciertos y los errores” .

En el ámbito de la educación superior, una universidad pública de ingeniería utilizó un simulador de negocios para enseñar a sus estudiantes de último año los conceptos y las herramientas de la gestión de proyectos.

Los estudiantes formaron grupos que representaban a diferentes empresas consultoras, y tuvieron que planificar, ejecutar, controlar y cerrar un proyecto real de ingeniería, teniendo en cuenta los requisitos del cliente, el alcance, el tiempo, el costo, la calidad, los riesgos, etc.

El simulador les permitió ver el avance y el estado de su proyecto, y los alertó sobre los problemas y las oportunidades que se presentaban. El profesor les guió y les evaluó durante el proceso, y les pidió que elaboraran y presentaran un informe final de su proyecto. 

Al finalizar la experiencia de aprendizaje uno de los estudiantes afirmó: “El simulador de negocios fue una herramienta muy práctica y realista, que me ayudó a comprender y aplicar los principios y las técnicas de la gestión de proyectos. Me pareció muy interesante y divertido el reto de gestionar un proyecto real de ingeniería, y el informe final fue una buena forma de reflexionar y demostrar lo que aprendí” .

Bibliografía 


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